En memoria de Cecilia del Carmen Araneda Villa, recordemos que el amor que sembró sigue floreciendo en los corazones que tocó. Que su coraje nos inspire a enfrentar desafíos con valentía y fe. Que su resiliencia nos enseñe a levantarnos con determinación ante la adversidad. Que la gratitud por su legado nos impulse a valorar cada instante de vida. Que la paz que irradiaba nos guíe en momentos de turbulencia. En su honor, sigamos adelante con amor en el alma y esperanza en el horizonte, recordando que su luz brilla eternamente en nosotros.
Publicado en el archivo
3 de febrero de 2020