En el legado de Carmen Sylvia Polimnia Jaramillo Ferrada perdura un faro de amor eterno, sembrando la semilla de la esperanza en corazones sedientos de paz. Su coraje fue el cimiento de la resiliencia, inspirando gratitud por cada amanecer y cada suspiro de vida. Que su luz guíe nuestros pasos con la certeza de que cada desafío nos fortalece. Que el eco de su memoria nos recuerde que el amor es el lazo que perpetúa su esencia. En cada latido, en cada sonrisa, encontremos consuelo y fuerza para abrazar el mañana con fe inquebrantable.
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9 de mayo de 2020