En el jardín del recuerdo, florecen las semillas de amor y gratitud que Carmen Rosa de Landa de Gana sembró con su coraje y resiliencia. En cada pétalo, en cada suspiro, en cada rayo de sol, encuentren la paz que ella irradiaba. Que su legado de bondad y esperanza ilumine el camino, recordándoles que en la oscuridad más profunda siempre habrá una estrella guía. Que el amor compartido se multiplique infinitamente, sanando corazones y renovando fuerzas. Que su memoria sea abrazo cálido en los momentos de soledad, y canción de alegría en la tristeza.
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20 de enero de 2020