En el legado de Carmela Valdivieso Elissetche perdura un hermoso recordatorio: en cada amanecer, florece una nueva oportunidad para abrazar con amor, transitar con coraje, y renacer con gratitud. Que su valentía y resiliencia inspiren nuestros corazones a vivir con pasión y propósito, recordando que en cada desafío hay semillas de fortaleza y esperanza. En medio de la tormenta, busquemos la calma interior, donde la paz sincera aguarda, lista para sanar y guiar nuestros pasos. Que su memoria sea un faro de luz en nuestro camino, recordándonos que el amor eterno nos sustenta.
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18 de abril de 2024