En la memoria de Carlos Ernesto Figueroa Jiménez, su luz perdura como un faro de amor inquebrantable. Recordemos su coraje para enfrentar desafíos, su resiliencia para renacer de las cenizas, y su gratitud por cada rayo de sol. En su honor, abracemos la paz que solo el amor verdadero puede otorgar, y caminemos con esperanza en cada paso. Que su legado nos inspire a ser valientes, a levantarnos una y otra vez, a agradecer cada instante de vida, y a encontrar serenidad en medio de la tormenta. ¡Sigamos adelante con fe y amor incondicional!
Publicado en el archivo
28 de julio de 2019