En el recuerdo de Carlos Altamirano Orrego, florece la semilla de la esperanza y el amor incondicional que nos invita a abrazar la vida con gratitud, humildad y serenidad. Que su luz guíe nuestros pasos, recordándonos que, en cada amanecer, hay un nuevo comienzo lleno de posibilidades y bondad. Que su legado sea la brújula que nos orienta hacia la compasión y la fortaleza para seguir adelante, con el corazón rebosante de esperanza y la mente llena de paz. ¡Que la vida nos sorprenda con su belleza y nos regale momentos de amor infinito!
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21 de mayo de 2019