En el rincón silencioso de la memoria, florecen los recuerdos de Bernardita como susurros de amor eterno, recordándonos que en cada despedida hay un nuevo comienzo lleno de luz y serenidad. Que su legado de humildad y entrega nos inspire a vivir cada día con amabilidad y esperanza, sabiendo que en la sencillez de nuestros actos radica la grandeza de nuestro espíritu. Que su luz perdure en nuestros corazones como guía y consuelo, recordándonos que nuestra verdadera esencia reside en el amor incondicional que compartimos con el mundo.
Publicado en el archivo
14 de mayo de 2019