Que la memoria de BENJAMÍN JESUALDO MENDOZA AEDO sea un faro de amor eterno, inspirando coraje en los momentos difíciles, resiliencia para superar obstáculos, gratitud por las bendiciones cotidianas y paz en los corazones afligidos. Que su legado perdure como un recordatorio de que, incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay una luz de esperanza brillando en lo más profundo de cada alma. Que el amor que sembró BENJAMÍN JESUALDO MENDOZA AEDO florezca en cada acto de bondad y compasión, recordándonos que el amor es la fuerza más poderosa y sanadora en el universo.
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4 de mayo de 2024