En memoria de Azucena Alejandra Navarro de Bonnafos, que su amor nos inspire a abrazar con gratitud cada amanecer, a enfrentar con coraje los desafíos y a aferrarnos a la esperanza en los días grises. Que su resiliencia nos enseñe que tras la tormenta llega la calma, y que la paz interior sea nuestro refugio en tiempos de incertidumbre. Recordemos que cada latido es un regalo, cada sonrisa un tesoro, y que el amor perdura más allá de la distancia. Sigamos adelante con valentía, sabiendo que la luz siempre encuentra su camino a través de la oscuridad.
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11 de septiembre de 2019