En el legado de Augusto Eyzaguirre Denegri florece la semilla del amor incondicional, la fortaleza del coraje ante la adversidad y la resiliencia que nos impulsa a seguir adelante con gratitud en nuestros corazones. Que su memoria sea un faro de paz en medio de las tormentas, recordándonos que cada día es una oportunidad para abrazar la vida con valentía y esperanza. Que su luz siga iluminando nuestro camino, inspirándonos a cultivar la bondad, a superar los obstáculos con determinación y a abrazar cada nuevo amanecer con fe y gratitud sincera.
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2 de diciembre de 2019