Que la luz del amor que Arturo Juvenal Canobra Chávez sembró en nuestros corazones siga brillando con coraje y resiliencia, recordándonos que la gratitud transforma la tristeza en esperanza. En la memoria de su amor infinito, encontremos fuerzas para abrazar la vida con valentía y compasión, sabiendo que en cada amanecer hay un nuevo motivo para sonreír. Que la paz que habitaba en su ser nos guíe en los momentos oscuros, recordándonos que el amor perdura más allá de la distancia. Sigamos adelante con la certeza de que su legado de bondad perdurará eternamente en nuestros corazones.
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11 de septiembre de 2019