En memoria de Arsenio Juan Herrera Gutiérrez, recordemos que en la oscuridad más profunda también brilla la luz del amor eterno. Que su coraje y resiliencia sean semillas de esperanza que germinen en nuestros corazones, recordándonos la belleza de la gratitud y la paz interior. Aceptemos el fluir de las emociones como parte de nuestro ser, encontrando fuerza en la vulnerabilidad y consuelo en la ternura. Que su legado nos inspire a abrazar cada nueva jornada con valentía y compasión, recordando que en cada amanecer reside la promesa de un futuro lleno de posibilidades.
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12 de febrero de 2020