En el jardín del recuerdo, las flores de la esperanza nunca se marchitan, recordándonos que el amor de Ariela sigue floreciendo en nuestros corazones, guiándonos con humildad hacia la serenidad de saber que su luz brillará eternamente en cada amanecer de nuestras vidas. Que su legado nos inspire a abrazar cada día con gratitud y a seguir adelante con valentía, sabiendo que en cada desafío y en cada alegría, su alma amorosa nos acompaña, recordándonos que el amor nunca muere, solo se transforma en el eterno abrazo de la esperanza. ¡Siempre en nuestros corazones, siempre en nuestra alma!
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17 de mayo de 2019