En la memoria de Antonio Forno Astete, recordemos que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con amor y gratitud. A través del coraje y la resiliencia, podemos enfrentar cualquier desafío con esperanza en nuestros corazones. Cultivemos la paz interior que nos permita seguir adelante con valentía, siempre recordando que la luz de la esperanza nunca se apaga. Que su legado nos inspire a abrazar cada momento con la certeza de que el amor perdura más allá de la despedida, guiándonos en el camino hacia la plenitud y la armonía.
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12 de enero de 2020