Que la memoria de Angélica Fulled Helms nos recuerde el poder del amor para sanar, el coraje para seguir adelante y la resiliencia para superar cualquier adversidad. Que su legado sea un faro de esperanza, un recordatorio de la gratitud por cada instante vivido y un llamado a encontrar la paz en medio de la tormenta. Sigamos su ejemplo, abrazando la vida con valentía y empatía, cultivando relaciones profundas y sembrando semillas de bondad en cada paso que demos. Que en su honor, cada corazón encuentre consuelo y cada alma encuentre fuerzas para seguir adelante con fe y determinación.
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30 de enero de 2024