Que la luz del amor que André Raggio Rodríguez compartió ilumine nuestros corazones, infundiendo coraje en tiempos de adversidad y recordándonos la importancia de la gratitud. Su espíritu resiliente nos enseña a abrazar la vida con valentía, cultivando la paz interior que nos guía en cada paso. Que su legado nos inspire a seguir adelante con esperanza, recordando que en cada amanecer hay una oportunidad de renovación y crecimiento. En su memoria, abracemos la vida con amor y generosidad, manteniendo viva su luz en nuestros corazones. ¡Ánimo, paz y esperanza para todos!
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30 de abril de 2024