Que el amor que sembró Ana Mercedes en cada corazón siga floreciendo en el jardín de la esperanza, recordándonos la importancia de la gratitud, la resiliencia y el coraje. Que su luz inspire nuestros pasos, mientras encontramos paz en las memorias compartidas. En cada amanecer, encontremos fuerza para seguir adelante, sabiendo que su legado perdura en cada acto de bondad y generosidad. Que en los momentos de oscuridad, recordemos su sonrisa y encontremos consuelo en saber que el amor es eterno. Sigamos caminando con corazones agradecidos y esperanza en el horizonte.
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22 de agosto de 2019