En el rincón más profundo del corazón de cada persona, el amor de Ana Marcela Cárdenas Rivera seguirá brillando como una luz eterna, recordándonos la importancia de vivir con coraje y gratitud. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con resiliencia y a llenar cada día con actos de bondad y esperanza. En medio del dolor, recordemos que la paz siempre está dentro de nosotros, lista para guiarnos en momentos oscuros. Que el amor que Ana Marcela sembró en este mundo nos recuerde que nunca estamos solos y que siempre hay razones para seguir adelante.
Publicado en el archivo
30 de enero de 2024