En el recuerdo de Ana María Zapata Loyola, encontramos inspiración para abrazar la vida con valentía y gratitud, transformando el dolor en amor y la tristeza en esperanza. Que su luz guíe nuestros pasos, recordándonos la importancia de la resiliencia y la paz interior. En cada sonrisa y en cada lágrima, honramos su legado con un corazón lleno de amor y gratitud. Sigamos adelante con fe en el futuro, recordando que el amor perdura más allá de la distancia. Que nuestros recuerdos nos fortalezcan y nos llenen de esperanza para los días venideros.
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28 de noviembre de 2019