En memoria de Ana María Ricalde Fernández, que su amor infinito guarde nuestros corazones, su coraje nos inspire, su resiliencia nos fortalezca, su gratitud nos haga apreciar cada instante y su paz nos guíe en tiempos turbulentos. Que su luz perdure en nuestros recuerdos, recordándonos que en la oscuridad siempre habrá una chispa de esperanza. Sigamos adelante con valentía, abrazando el futuro con humildad y amor, recordando que cada día es una oportunidad para sembrar semillas de paz y bondad en el mundo. Que su legado nos impulse a vivir con plenitud.
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4 de octubre de 2019