En el legado de Ana Luisa Rivera Fica encontramos un faro de amor inquebrantable que guía nuestros pasos, recordándonos la fuerza del coraje y la resiliencia. Sus enseñanzas llenas de gratitud nos invitan a abrazar cada momento con ternura, mientras su luz nos muestra el camino hacia la paz interior. A través de su memoria, descubrimos la belleza de la vida en cada amanecer, renovando nuestra esperanza en un futuro luminoso. Que su legado perdure como un canto de amor eterno, inspirándonos a vivir con pasión y generosidad en cada latido de nuestro ser.
Publicado en el archivo
24 de marzo de 2024