Que el amor que Alma Patricia Ingrid Ebner Astudillo compartió ilumine nuestros corazones en la oscuridad, recordándonos la belleza de la gratitud y la fortaleza del espíritu. Que su coraje nos inspire a enfrentar nuestros desafíos con valentía y su resiliencia nos enseñe a levantarnos una y otra vez. En su memoria, abracemos la paz interior que solo el amor verdadero puede proporcionar, sabiendo que cada amanecer nos brinda una nueva oportunidad para encontrar la alegría en las pequeñas cosas. Que su legado sea nuestro faro de esperanza en tiempos de tribulación.
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27 de enero de 2024