Recordemos a Alejandra con gratitud por su amor inquebrantable y su coraje inspirador. Que su luz nos guíe hacia la paz interior, recordándonos la resiliencia del espíritu humano. En su memoria, abracemos con valentía cada nuevo amanecer, sabiendo que el amor perdura más allá de la despedida. Mantengamos viva su esencia en nuestros corazones, celebrando la vida con la esperanza de que, aunque el dolor nos acompañe, el amor y la gratitud nos fortalecen para seguir adelante. Alejandra vive en nosotros, iluminando nuestro camino con amor y paz eterna.
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3 de mayo de 2024