En el legado de Alejandra Vildósola Brieba perdura un amor inmenso, un coraje inquebrantable y una resiliencia inspiradora. Que su luz nos guíe hacia la gratitud por cada momento y nos fortalezca para abrazar la vida con paz en el corazón. Recordemos su valentía para enfrentar desafíos y su sabiduría para valorar cada instante. Sigamos su ejemplo, recordando que en cada amanecer hay esperanza y en cada caída hay oportunidad de levantarnos más fuertes. Que la memoria de Alejandra sea un faro de amor y luz, recordándonos que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con pasión y bondad.
Publicado en el archivo
2 de mayo de 2024