En memoria de Adriana Laura Gálvez Bravo, su luz perdura en la fuerza del amor inquebrantable, en la valentía que inspira al mundo, en la resiliencia que despierta en cada amanecer. Su legado, un canto de gratitud por las huellas que dejó en el corazón de quienes la amaron. Que su paz eterna sea el faro que guíe nuestros pasos en el sendero de la vida, recordándonos que en cada desafío y en cada lágrima, también habita la semilla de la esperanza. Que su memoria sea un bálsamo de fortaleza y consuelo para todos los corazones que anhelan ser abrazados por la luz del amor.
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18 de enero de 2024