En la memoria de María Irene Seyler Urzúa, recordemos que el amor verdadero y la gratitud son semillas que florecen en nuestros corazones, guiándonos con coraje y resiliencia en cada paso que damos. Que la paz interior sea nuestra brújula, recordándonos que el amor perdura en cada acto de bondad que compartimos. Que en momentos de oscuridad, encontremos la luz de la esperanza brillando en lo más profundo de nuestro ser, recordándonos que somos más fuertes de lo que creemos. Sigamos adelante, abrazando la vida con el amor que María Irene nos enseñó a cultivar.
Sus funerales se efectuaron el domingo 17 mayo en el Cementerio Parque del Recuerdo.