En honor a Ana María López Martínez, recordemos con gratitud su amor inquebrantable, su coraje admirable y su resiliencia inspiradora. Que su luz siga guiando nuestros pasos en momentos de incertidumbre, recordándonos que en la paz del corazón encontramos fuerza para abrazar cada nuevo amanecer con esperanza renovada. Que su legado sea un recordatorio constante de que, incluso en la oscuridad, la bondad y la compasión pueden brillar con intensidad, nutriendo nuestra alma y recordándonos el valor de vivir cada día con amor y gratitud. ¡Que su memoria sea una fuente eterna de ánimo y paz para todos nosotros!
Sus funerales se realizaron ayer sábado 23 de mayo, a las 11:00 horas, en el Cementerio Parque del Sendero, San Bernardo.