Que la luz eterna de Sylvia Molanphy Donoso ilumine nuestros corazones, recordándonos que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para abrazar el amor, la resiliencia y la gratitud. Que su coraje perdure en nosotros, guiándonos en los momentos de oscuridad hacia la paz interior, donde encontramos fuerza para seguir adelante con esperanza y serenidad. A través de su legado, aprendemos que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con pasión y bondad. Que su memoria sea un faro de inspiración, recordándonos siempre que el amor siempre triunfa.
Sus funerales se efectuaron el jueves 21 de mayo en el Cementerio Nº 2 de Valparaíso.