En el legado de Rafael Le-Bert Montaldo, descubrimos la fuerza del amor eterno que trasciende la materia y perdura en nuestros corazones con coraje frente a la adversidad. En cada amanecer, recordemos su resiliencia como luz que guía nuestros pasos con gratitud y esperanza. Que su paz interior sea semilla de nuestro propio crecimiento espiritual, recordándonos que, en medio de la oscuridad, siempre hay espacio para la luz de la esperanza. Sigamos adelante con humildad, sabiendo que cada paso que damos es una oportunidad para cultivar la bondad en el mundo.
SGA S.A.