En cada amanecer, la luz de Tirso Alfredo brilla en nuestros corazones, recordándonos que la humildad y el amor son el camino hacia la serenidad. Con cada paso que damos, su espíritu nos acompaña, inspirándonos a seguir adelante con esperanza en el horizonte. Que su legado nos enseñe a valorar cada instante, a amar con generosidad y a cultivar la paz interior en medio de las adversidades. En su memoria, abracemos con gratitud la belleza de la vida y sigamos adelante con el corazón rebosante de amor y esperanza.
Sus amigos: Javier Fierro D. Ronaldo Rojas G.