En la luz del recuerdo cálido de Inés Agar vda. de Anich, encontramos inspiración para abrazar la vida con gratitud y coraje. Su legado nos invita a cultivar la resiliencia en los momentos de adversidad y a nutrir el amor en cada paso del camino. Que su memoria sea un faro de paz que ilumine nuestros corazones en los días oscuros, recordándonos la belleza de vivir con esperanza y compasión. Sigamos adelante con la certeza de que, aunque el tiempo pase, su espíritu perdurará en cada acto de bondad que sembremos en este mundo.
José Hamed, señora e hijos