En honor a José Domingo Herrera Rivanera, recordemos que el amor y la gratitud son bálsamos para el alma. Que su coraje y resiliencia inspiren nuestros pasos, aun en la oscuridad, hacia la luz de la esperanza. En cada latido de nuestro corazón, seamos testigos de la belleza de la vida y abracemos la paz que nace de la aceptación y el perdón. Que su legado nos recuerde que cada nuevo amanecer es una oportunidad para renovar la fe en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea.
Sus funerales se realizaron ayer en el Cementerio Parque del Recuerdo.Familia Pérez Quintana