En memoria de María del Carmen Diez Martínez, su amor infinito nos guía a encontrar coraje en la adversidad, resiliencia en la tormenta y gratitud en cada amanecer. Que su legado de paz interior inspire nuestros corazones a florecer en esperanza, recordándonos que la luz de su espíritu perdura en cada acto de bondad. En la trama de la vida, cada lágrima tejida con amor se convierte en un hilo de fortaleza, anudando nuestros caminos con el abrazo cálido de su recuerdo. Que en su memoria encontremos el valor de abrazar con gratitud la belleza efímera de cada instante, sabiendo que su luz nunca dejará de brillar en nuestros corazones.
Sus funerales se realizaron ayer 20 de mayo en el Cementerio Nº 1 de Rancagua.