En la luz eterna de Eduardo Carvallo Soto, recordemos que el amor y la esperanza son semillas que florecen en cada acto de bondad sincera que sembramos en el mundo. Que su espíritu humilde nos guíe a abrazar la serenidad en los momentos de incertidumbre, y a cultivar la paz interior que nos fortalece para seguir adelante con valentía. Cada amanecer es una oportunidad para regalar sonrisas, sembrar alegría y compartir compasión. En el legado de Eduardo, encontramos el recordatorio amoroso de que juntos podemos iluminar el camino con amor y esperanza.
Generación 87' Colegio Los Andes