Que la luz del amor que Alfonso sembró en cada corazón perdure como un faro de esperanza, guiándonos con coraje y gratitud por caminos de resiliencia. En su memoria, recordemos que la paz verdadera reside en el amor que damos y recibimos, en la fuerza de los lazos que unen nuestras almas. Sigamos adelante con la certeza de que cada amanecer nos ofrece la oportunidad de abrazar la vida con valentía y ternura, honrando su legado con cada paso que damos. ¡Que su espíritu nos inspire a amar con generosidad y a vivir con plenitud!
Estará siempre en nuestro recuerdo.Marcos Uranga y familia Familia Rueda