Que la luz del amor que Alfonso Rozas Ossa sembró en el mundo siga brillando en cada corazón, recordándonos la importancia del coraje ante la adversidad, la resiliencia ante las pruebas, la gratitud por los momentos compartidos y la paz en medio de la tormenta. Sigamos adelante con la certeza de que el legado de amor perdurará en cada sonrisa, en cada gesto de bondad, en cada acto de compasión. Que su memoria sea un faro de esperanza que nos guíe en la oscuridad, recordándonos que el amor es eterno y que la vida, aunque efímera, es un regalo precioso.
Sus funerales se efectuarán hoy, de manera privada, en el Cementerio Parque del Recuerdo Américo Vespucio.