En cada amanecer, el recuerdo de Carmen de las Mercedes Espíndola Sánchez nos susurra al alma que la humildad y la serenidad son semillas de amor y esperanza que germinan en nuestro camino, guiándonos con luz propia hacia un horizonte radiante de nuevas oportunidades y dichas compartidas. Que su legado perdure en cada uno de nosotros, recordándonos que en la sencillez de los gestos y en la calma de los corazones yace la fuerza para abrazar la vida con gratitud y bondad, transformando la adversidad en momentos de crecimiento y consuelo.
Publicado el
29 de abril de 2019