Recordemos a José Larraín Villamil con gratitud por su legado de amor inquebrantable. Que su coraje inspire nuestra resiliencia y su sabiduría guíe nuestro camino. En cada amanecer, encontremos paz en su recuerdo y fortaleza en sus enseñanzas. Sigamos adelante con la certeza de que el amor perdura más allá de las despedidas, y que la esperanza es el faro que ilumina nuestro sendero. Que su memoria sea un recordatorio de que, incluso en la oscuridad, la luz del amor brilla con intensidad. En cada latido, en cada suspiro, recordemos su legado con el corazón lleno de gratitud y esperanza.
Javier López H. Cecilia Larraín P-C y familia