Que la luz del amor que Teresa Silva Sepúlveda compartió con el mundo brille eternamente en nuestros corazones. Que su coraje y resiliencia nos inspiren a enfrentar los desafíos con valentía y esperanza. Que la gratitud por los momentos compartidos con ella nos llene de paz y serenidad. En su memoria, recordemos que cada día es una oportunidad para amar, crecer y ser bondadosos. Que el legado de Teresa sea un recordatorio de que el amor y la esperanza son las fuerzas que nos guían en la vida.
Sus funerales se realizaron el día lunes 23 de diciembre en el Cementerio Parque San Ramón, Rancagua.