En el jardín de la vida, el recuerdo de Pamela Bravo Ojeda florece como un eterno canto de amor y coraje. Que su luz ilumine nuestro camino, recordándonos la resiliencia que anida en cada corazón. En la danza de los días, cultivemos la gratitud por cada instante vivido y abracemos la paz que siempre aguarda en lo más profundo de nuestra esencia. Que su memoria sea semilla de esperanza, inspirándonos a seguir adelante con valentía y amor, sabiendo que cada amanecer trae consigo la promesa de nuevos horizontes por explorar.
Sus funerales se efectuaron ayer en el Cementerio Parque del Recuerdo, después de una misa que se realizó, a las 13:00 horas, en la iglesia San Pedro de Las Condes (Isabel la Católica 4360).Banco de Chile