En el legado de Verónica Jaramillo Viñuela perdura un río de amor inagotable que nos invita a navegar con coraje en aguas turbulentas. Su resiliencia es faro que ilumina caminos de esperanza y gratitud, recordándonos que en cada amanecer se esconde la promesa de un nuevo comienzo. Que su paz nos guíe en momentos de incertidumbre y su recuerdo nos impulse a abrazar la vida con valentía y compasión. Recordémosla con alegría, honrando su legado con actos de generosidad y bondad, tejiendo juntos un tapiz de amor y esperanza que perdure por siempre.
Sus funerales se realizaron el día 20 de diciembre en el Cementerio Parque del Recuerdo.