En el legado de Blanca Joelina Valenzuela Arroyo encontramos un faro de amor inquebrantable que ilumina nuestros caminos con coraje y gratitud. Que su resplandor nos inspire a abrazar la vida con resiliencia, a cultivar la esperanza en los días oscuros y a abrazar la paz que solo el amor genuino puede traer. Recordemos su espíritu valiente como un recordatorio de que, incluso en la incertidumbre, siempre podemos encontrar la fuerza para seguir adelante. Que la memoria de Blanca Joelina nos recuerde que el amor perdura más allá del tiempo y el espacio.
Sus funerales se realizaron el miércoles 4 de diciembre en el Cementerio Metropolitano, Lo Espejo.