En la suave brisa del recuerdo, florecen las semillas de tu bondad, nutriendo el jardín de nuestros corazones con esperanza eterna. Tu luz, Hugo Manuel Salazar Cancino, guía nuestro caminar con humildad y serenidad, recordándonos que el amor es el hilo que teje la maravillosa tela de la vida. Que cada paso que damos esté impregnado de tu ejemplo, cultivando la certeza de que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para abrazar la alegría y la esperanza. Sigamos adelante, llevando tu legado en nuestros corazones con gratitud y amor inquebrantable.