En el jardín de la vida, las flores que dejó Aníbal Edwards Errázuriz continúan floreciendo en la memoria de quienes lo amaron. Que su luz nos guíe hacia la serenidad, recordándonos que el amor perdura más allá de la distancia. Que cada paso que demos esté lleno de humildad y gratitud, sembrando semillas de esperanza en nuestros corazones. Honremos su legado viviendo con bondad y compasión, sabiendo que en cada amanecer encontramos la fortaleza para seguir adelante. En su recuerdo florece la esperanza, recordándonos que el amor es eterno.