En memoria de Germán Bannen Lay, recordemos que en cada amanecer y atardecer encontramos un abrazo del universo, lleno de coraje para enfrentar los desafíos, resiliencia para superar las adversidades, gratitud por los momentos compartidos y paz para sanar heridas. Que nuestro caminar esté guiado por el amor incondicional que nos nutre el alma y nos impulsa a seguir adelante con esperanza. En cada latido, en cada suspiro, encontremos la fortaleza para abrazar la vida con todo su esplendor y aprender a florecer en la luz de nuestra propia existencia.