En memoria de Julio Montt Momberg, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que cultivamos en nuestro camino, brindando luz en los días oscuros y fortaleza en los momentos difíciles. Que la resiliencia y el coraje habiten en nuestros corazones, guiándonos a encontrar paz en la tormenta y esperanza en la incertidumbre. Cada lágrima derramada es testimonio de nuestro amor compartido, y cada sonrisa es un rayo de luz que ilumina nuestro sendero. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con valentía y generosidad, sabiendo que el amor perdura más allá del tiempo y el espacio.
Sus funerales se efectuaron el 18 de septiembre en el Cementerio Alemán de Osorno.