En memoria de Osvaldo Enrique Garay Fernández, recordemos que en cada amanecer hay una oportunidad para abrazar la vida con gratitud y amor. Que su legado de coraje y resiliencia nos inspire a enfrentar cada desafío con valentía y determinación. Que la paz que habitaba en su corazón sea nuestro guía en tiempos de tribulación. Sigamos adelante, recordando que cada paso que damos nos acerca un poco más a la luz que nos espera al final del camino. En su honor, vivamos con esperanza y fe en un mañana lleno de bendiciones y nuevos comienzos.