Que la luz del amor que Alicia Infante Espiñeira irradió durante su vida siga iluminando nuestros corazones, recordándonos que el coraje y la resiliencia surgen de las experiencias más difíciles. Aprendamos de su gratitud por la vida y sigamos adelante con esperanza, sabiendo que la paz interior es posible incluso en medio de la tormenta. Que su legado nos inspire a valorar cada instante, a abrazar con fuerza a nuestros seres queridos y a buscar la belleza en cada nueva aurora. En su memoria, cultivemos el amor y la esperanza que nos ayudan a florecer incluso en la adversidad.
Sus funerales se efectuaron ayer en el Cementerio Católico de Santiago.Juan Guillermo Vivado Ana Laura Fuenzalida