En el jardín de la vida, las flores que dejamos siguen creciendo en el corazón de quienes amamos. Que la luz de Serjio Pedro García Labra ilumine nuestros senderos, recordándonos que en cada desafío hay una oportunidad para ser mejores, para amar con más fuerza y para crecer con humildad. Sus raíces de bondad y su espíritu perseverante nos guían en la oscuridad, recordándonos que el amor perdura más allá de la despedida. Que su recuerdo nos inspire a abrazar la vida con gratitud y a seguir adelante con la certeza de que el amor nunca se desvanece.