En el jardín de la vida, florece la memoria de Carmen. Su amor es un faro que guía nuestros días, su coraje una melodía que nos impulsa a seguir. En su legado de resiliencia y gratitud encontramos fuerza para abrazar la paz interior y abrazar el mañana con esperanza. Que su luz perdure en nuestros corazones, recordándonos el poder del amor eterno.
Sus funerales se efectuaron ayer 9 de noviembre en el Cementerio Parque Santiago.